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Dimensiones de género de la inseguridad alimentaria en Sudán


Desde el Palacio de las Naciones en Ginebra, Anna Mutavati, directora Regional de ONU Mujeres para África Oriental y Meridional, pidió la protección y priorización de las mujeres y las niñas en medio de la aguda inseguridad alimentaria que padece Sudán

Durante más de dos años consecutivos, cada frente en Sudán ha destrozado los cuerpos, hogares, medios de vida y el futuro de mujeres y niñas, quienes han sufrido las consecuencias más duras del terrible conflicto sudanés. La última alerta de género de ONU Mujeres, titulada “Dimensiones de género de la inseguridad alimentaria en Sudán”, indica que casi 11 millones de mujeres y niñas padecen actualmente inseguridad alimentaria aguda.

Mientras los combates arrasaban El Fasher y la grave inseguridad alimentaria se extendía por Darfur, mujeres y niñas sufrieron hambre extrema, desplazamiento, muerte y violencia sexual y de género. La alerta de género, lanzada hoy, muestra que el simple hecho de ser mujer en Sudán es un fuerte indicador de hambre.

La hambruna ha sido declarada oficialmente según la Clasificación Integrada de Seguridad Alimentaria (CIF) en El Fasher y Kadugli a partir de noviembre de 2025.

El 73,7 por ciento de las mujeres no alcanza la diversidad dietética mínima, lo que indica una dieta extremadamente pobre y un mayor riesgo de desnutrición.

Aspectos destacados de la Alerta de Género:

En todas las crisis, las mujeres y las niñas son las que menos comen y las últimas en comer. En Sudán, la mayoría de las mujeres y las niñas pueden no comer en absoluto.

  • Nuestras entrevistas de campo confirmaron que las mujeres a menudo se saltan comidas para que sus hijos puedan comer, y las adolescentes con frecuencia reciben la porción más pequeña, lo que perjudica su nutrición y salud a largo plazo.
  • En zonas asediadas y remotas, como Darfur o Kordofán, las mujeres y las niñas suelen ser quienes buscan comida para sobrevivir. Los informes de campo describen cómo las mujeres recolectan hojas y bayas silvestres para preparar sopa. Al hacerlo, se enfrentan a riesgos adicionales de violencia, como secuestro, violencia sexual y de género.

Las mujeres que nos hablan desde El Fasher, el corazón de la última catástrofe de Sudán, nos cuentan que han sufrido hambruna, desplazamientos, violaciones y bombardeos. Mujeres embarazadas han dado a luz en las calles mientras el último hospital de maternidad que quedaba era saqueado y destruido.

Las mujeres que huyen de El Fasher describen haber presenciado asesinatos, violaciones y la desaparición de sus hijos: horrores que nadie debería soportar jamás. Muchas sufren graves trastornos psicológicos, pero el acceso a servicios de salud mental o apoyo psicosocial es prácticamente nulo en las zonas afectadas.

Incluso en estas terribles condiciones, las organizaciones dirigidas por mujeres han seguido siendo un pilar fundamental y sostienen la respuesta humanitaria.

ONU Mujeres pide:

  • Un cese inmediato de toda violencia en Sudán. El alto el fuego humanitario propuesto ofrece esperanza, pero debe implementarse plenamente.
  • Todas las partes deben garantizar de inmediato corredores seguros para las mujeres, las niñas y todos los civiles.
  • Los actores humanitarios deben dar prioridad a las mujeres y a los hogares encabezados por mujeres en la asistencia alimentaria, la restauración y la reconstrucción de sus medios de vida.
  • Todas las partes deben proteger a las mujeres y las niñas y cumplir con sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario y del derecho internacional de los derechos humanos.
  • ONU Mujeres insta a los donantes a reconocer, respaldar y asociarse con las organizaciones lideradas por mujeres.

ONU Mujeres mantiene una sólida presencia en Sudán, trabajando en estrecha colaboración con socios locales, incluidas organizaciones lideradas por mujeres, para brindar apoyo vital, promover el liderazgo femenino y mantener servicios esenciales en condiciones extremadamente difíciles. Como ONU Mujeres, llevamos la carga de cada mujer silenciada por la guerra en Sudán.

Las mujeres y las niñas de Sudán no son estadísticas; son la medida de nuestra humanidad compartida. Y cada día que el mundo demora en actuar en Sudán, otra mujer da a luz bajo fuego, entierra a su hijo de hambre o desaparece sin justicia.

Fotografía: https://pixabay.com/



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