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La Red del Pacto Mundial sobre Alimentación reduce el desperdicio de alimentos y las emisiones

El primer informe mundial muestra enormes reducciones en el desperdicio de alimentos y las emisiones de GEI gracias a los Pactos Alimentarios nacionales y regionales

El primer informe global de la Red del Pacto Alimentario muestra reducciones sustanciales en el desperdicio de alimentos y las emisiones asociadas de gases de efecto invernadero. Sin embargo, advierte WRAP, sin un apoyo financiero significativo, acciones comprometidas y el respaldo político de los gobiernos nacionales, las organizaciones filantrópicas y las empresas clave, no podremos lograr las medidas necesarias para frenar el cambio climático.

La Red del Pacto Alimentario fue convocada por la ONG ambientalista global WRAP en 2024. Ha unido a diez Pactos Alimentarios nacionales y regionales en nueve países que representan el 14 % de la población mundial y alrededor del 20 % del desperdicio mundial de alimentos. Los Pactos Alimentarios cuentan con el apoyo de 920 organizaciones, incluidas 550 empresas alimentarias, y están presentes en países que generan el 38 % del PIB mundial.

El informe de hoy describe el impacto de cada Pacto Alimentario, basándose en sus logros nacionales y como Red conjunta. En total, se estima que se evitaron 680.000 toneladas de CO₂e mediante medidas de reducción del desperdicio de alimentos (equivalente a retirar 240.000 coches de la circulación durante un año) y se evitaron 220.000 toneladas de alimentos del desperdicio, equivalente al peso de 600 aviones jumbo a plena carga.*

Catherine David, directora ejecutiva de WRAP, afirmó: “La Red del Pacto Alimentario está en plena expansión y está logrando importantes avances, logrando reducciones reales del desperdicio de alimentos, generando ahorros para empresas y ciudadanos, y beneficiando al medio ambiente. El modelo funciona, dondequiera que se implemente, y al operar a lo largo de toda la cadena de suministro, está ayudando a que las empresas sean mejores y estén más preparadas para el futuro, y a que nuestro sistema alimentario sea más eficiente, fiable y sostenible. Tenemos el potencial de una verdadera globalización ahora, y ese es mi mensaje a gobiernos, empresas y financiadores. Únanse a nosotros para llegar más lejos, más rápido y liberarnos del costo y la injusticia del desperdicio de alimentos”.

El desperdicio de alimentos es una crisis global que afecta a la sociedad, el medioambiente y las economías. Cada año se pierden o desperdician más de mil millones de toneladas de alimentos, el equivalente a 90 camiones por minuto; el doble de la cantidad que podría alimentar a los 783 millones de personas que padecen hambre en todo el mundo. El desperdicio de alimentos produce entre el 8 % y el 10 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y cuesta a la economía mundial más de un billón de dólares estadounidenses al año. El desperdicio de alimentos está arraigado en la forma en que cultivamos, vendemos y consumimos alimentos, y está impulsado por incentivos económicos que favorecen la producción excesiva, regulaciones que obstaculizan la redistribución, infraestructuras que descuidan la sostenibilidad y normas culturales que equiparan abundancia con prosperidad.

David Rogers, director de Desarrollo Internacional de WRAP: “Abordar el desperdicio de alimentos es la puerta de entrada a muchos beneficios, como la reducción de emisiones, la mejora del uso del suelo y la lucha contra el hambre. Los países con Pactos Alimentarios están logrando avances significativos hacia el Objetivo de Desarrollo Sostenible 12.3 de las Naciones Unidas: reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos para 2030. Sabemos que el modelo funciona, como lo demuestran estas cifras, y necesitamos ampliar drásticamente nuestra actividad. Esto requiere una mayor participación empresarial, financiación y experiencia técnica de WRAP y nuestros socios en todo el mundo”.

En su Índice de Desperdicio de Alimentos 2024, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) destacó la escalabilidad del modelo del Pacto Alimentario, afirmando que este tipo de acción coordinada genera un impacto más rápido y profundo. El informe de hoy fue presentado por la directora ejecutiva de WRAP, Catherine David, en el evento Bridging the Gaps – Advancing Coherent Policies for Climate Adaptation and Mitigation for Agriculture and Food Systems in Brazil.

De manera crucial, el informe de la Red del Pacto Alimentario establece acciones directas para financiadores y filántropos, gobiernos nacionales y empresas alimentarias:

  • Financiadores y filantropía: imprescindibles Invertir en la Red del Pacto Alimentario para acelerar soluciones probadas para profundizar el impacto en los países con Pactos Alimentarios y apoyar la expansión de nuevos Pactos donde se pueda lograr el mayor impacto, para mejorar la seguridad alimentaria y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
  • Gobiernos: deben Liderar a través de políticas e inversiones Convertir la pérdida y el desperdicio de alimentos en una prioridad nacional. Integrar la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos en los planes climáticos y revisar las barreras políticas para la reducción del desperdicio de alimentos, como la redistribución y la prevención del desperdicio. Financiar, promover y colaborar con el Pacto Mundial para la Alimentación de su país.
  • Empresas de alimentación y bebidas: deben comprometerse a actuar contra el desperdicio de alimentos y adherirse a su Pacto Alimentario. Establezcan objetivos empresariales para la reducción del desperdicio de alimentos, monitoreen y midan los datos y actúen en función de la información obtenida para prevenir la pérdida y el desperdicio de alimentos en sus cadenas de suministro y en los hogares de los clientes, mejorar la eficiencia de su cadena de suministro y ahorrar dinero a su empresa.

México: en México se generan entre 20 y 30 millones de toneladas de desperdicio de alimentos cada año. Este desperdicio le cuesta al país aproximadamente 25 mil millones de dólares anuales, equivalente al 2.5 % del PIB. El Pacto Por La Comida, liderado por Red BAMX (Red de Bancos de Alimentos de México) en colaboración con WRAP, se lanzó en 2021. Funciona mediante acuerdos voluntarios con socios del sector privado, asistencia técnica y medición a través de la consultora ambiental SIPRA, y realiza campañas de educación y cambio de comportamiento del consumidor. Un logro histórico fue el Estudio sobre Desperdicio de Alimentos en los Hogares de 2024, la primera evaluación a gran escala y basada en evidencia de este tipo en México. Sus hallazgos están fundamentando estrategias para identificar áreas prioritarias de acción y campañas de concientización pública.

LN Karen González Nissen, coordinadora Jr. Pacto por la Comida BAMX: “Prevenir la pérdida y el desperdicio de alimentos no es solo un objetivo ambiental, es una responsabilidad social. A través de Pacto por la Comida, una iniciativa liderada por la Red Mexicana de Bancos de Alimentos (Red BAMX), y en colaboración con la Red Pacto por la Comida, unimos fuerzas para inspirar un cambio cultural que valore los alimentos, proteja los recursos y construya un futuro más sostenible y equitativo”.

*Entre 2019 y 2024, los Pactos Alimentarios se establecieron en distintos momentos y se encuentran en distintas etapas de desarrollo. Estas cifras se basan en datos comparables de Pactos más avanzados. Consulte el informe completo para obtener más información.

Fotografía: https://pixabay.com/



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