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¿Existe una identidad en el vino bajacaliforniano?

Resultados preliminares de estudio piloto encontraron que los vinos bajacalifornianos destacan por su intensidad en fruta roja y fresca, mayor astringencia, sensación alcohólica y una tendencia a percibirse más salados

En el marco de las actividades académicas del XVI Talleres de las Conchas y el Vino Nuevo, realizados en el Centro de Estudios Vitivinícolas (CEVIT), el Dr. Luis Leobardo Pérez Mozqueda, coordinador de Investigación del CEVIT, presentó una conferencia donde abordó la identidad sensorial del vino producido en Baja California a través de un análisis científico de las características físico-químicas y sensoriales del producto.

Durante su intervención, el Dr. Leobardo explicó que la identidad, tanto en términos sociales como enológicos, es un concepto multifactorial que incluye elementos cualitativos y cuantificables. En lo social, puede derivar de creencias, valores o cultura compartida; en el caso del vino, de factores como el tipo de uva, el suelo, el clima, la metodología de vinificación y hasta las levaduras utilizadas en el proceso de fermentación.

“El vino tiene identidad, pero aún no sabemos cuál es exactamente. No tenemos un perfil definido del vino bajacaliforniano”, señaló el investigador. Para abordar esta incógnita, el CEVIT llevó a cabo un estudio piloto en colaboración con la Facultad de Turismo y Gastronomía de la Universidad Anáhuac de Ciudad de México y la Universidad de Borgoña en Francia.

El análisis consistió en la evaluación sensorial y química de vinos monovarietales de Baja California y otras regiones del país. A través de catas a ciegas realizadas por sommeliers y productores, los participantes debían identificar características como fruta roja, fruta sobremadura, acidez, amargor, cuerpo y salinidad, sin conocer el origen de cada muestra.

Los resultados fueron reveladores: en la mayoría de los casos, los panelistas lograron identificar correctamente los vinos bajacalifornianos. Estos destacaron por su intensidad en fruta roja y fresca, mayor astringencia, sensación alcohólica y una tendencia a percibirse más salados. “Eso nos dice que hay algo en nuestros vinos que sí los hace distintos”, afirmó el Dr. Leobardo.

Sin embargo, también se identificaron limitantes importantes, como la imposibilidad de garantizar el origen de las uvas y una muestra reducida de vinos, tanto locales como foráneos. “Este es un estudio piloto, pero nos ayuda a plantear las bases para futuras investigaciones más amplias que permitan, eventualmente, establecer una identidad reconocida para los vinos de Baja California”, explicó.

El Dr. Leobardo enfatizó que definir un perfil sensorial y químico es esencial para avanzar hacia figuras de protección como las indicaciones geográficas. “No podemos proteger lo que no sabemos describir. Antes de hablar de identidad legal o comercial, necesitamos entender cuál es esa identidad sensorial del vino que se produce en esta región.”

El proyecto continuará desarrollándose en los próximos meses, con el objetivo de ampliar el número de muestras, variedades y regiones, y así contribuir al posicionamiento y reconocimiento del vino bajacaliforniano a nivel nacional e internacional.

Fotografía: Cortesía CETYS Universidad

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