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El Think Tank anual de FederUnacoma concluyó en Bevagna di Perugia, tras delinear el escenario económico y geopolítico en el que operan actualmente las empresas de maquinaria agrícola. Entre los temas centrales del debate se encuentran el riesgo de aranceles y la diversificación de los mercados de exportación para las empresas italianas, así como las nuevas tendencias de consumo que afectarán a la cadena de suministro agroindustrial.
Las variables económicas, financieras y geopolíticas tienen una gran influencia en la vida de las empresas, y éstas deben tenerlo en cuenta. Sin embargo, las empresas no se quedan pasivas ante los acontecimientos económicos, sino que los interpretan y los afrontan con sus propias armas. Estas palabras, pronunciadas por la directora general de FederUnacoma, Simona Rapastella, inauguraron el think tank sobre el tema: “Renovando su negocio: estrategias y herramientas para los retos del mercado”, organizado hoy en Tenuta Castelbuono (Bevagna, Perugia) por la federación de fabricantes de maquinaria agrícola. El año 2025 se perfila como un año particularmente desafiante para el sector de la maquinaria agrícola y jardinería. Tanto el mercado nacional como los mercados extranjeros, especialmente los de Europa y Norteamérica, están en declive. Las causas de esta tendencia están relacionadas no solo con el aumento de los costes de producción y logística y con la inestabilidad económica que desalienta las inversiones, sino también, como se explicó durante la conferencia del think tank, con los nuevos órdenes geopolíticos que generan incertidumbre en las estrategias empresariales. En este escenario, la mecánica agrícola está llamada a desempeñar un papel aún más estratégico para proporcionar los estándares de calidad y sostenibilidad que los consumidores exigen actualmente al sector agrícola. “El sector de la maquinaria agrícola siempre ha acompañado el crecimiento y el fortalecimiento de la economía agrícola. Mediante la investigación y la innovación —declaró la presidenta de FederUnacoma, Mariateresa Maschio—, los fabricantes han creado maquinaria cada vez más avanzada capaz de optimizar los procesos agrícolas al reducir los insumos y mejorar la sostenibilidad de los procesos. Hoy nos enfrentamos a retos aún más complejos, ya que la agricultura presenta necesidades tecnológicas avanzadas que obligan a las empresas a realizar inversiones significativas ante un escenario caracterizado por una fuerte inestabilidad”.
En estos primeros meses del año, esta inestabilidad se ha visto acentuada por la propuesta del gobierno estadounidense de desincentivar las importaciones extranjeras mediante fuertes aranceles. El comercio con Italia también se vería penalizado, ya que Estados Unidos es el principal mercado de salida para una amplia gama de productos, incluida la maquinaria agrícola. “La administración estadounidense se encuentra en una encrucijada. Los aranceles de importación, que solo se han anunciado, pero aún no se han aplicado, responden al doble objetivo de recuperar parte de la producción industrial estratégica de Estados Unidos, como la de los sectores automotriz, farmacéutico, siderúrgico y del cobre, y de presionar a terceros países para que financien la deuda pública, que constituye el punto débil de la economía estadounidense. Esto —explicó el subdirector del Corriere della Sera, Federico Fubini— exige que las empresas italianas diversifiquen sus estrategias comerciales y busquen nuevos mercados para compensar cualquier descenso en los tradicionales”. La sesión plenaria, celebrada durante la mañana, concluyó con la intervención de Stefano Galli, socio comercial global de NielsenIQ, quien analizó las tendencias del mercado a largo plazo en relación con las cadenas de suministro agroindustriales. Las últimas proyecciones indican que para 2032 Asia representará la mitad del gasto privado mundial. El desplazamiento del consumo hacia Oriente —afirmó Gallo— se debe al crecimiento demográfico del continente y al crecimiento de la clase media, cuyos ingresos están aumentando. Según la evaluación de Nielsen, esta mayor capacidad de gasto también se orientará hacia productos alimenticios de alta calidad, siguiendo una tendencia ya consolidada en las economías más desarrolladas. Sin embargo, la calidad no es el único factor que guía el comportamiento de compra del consumidor, que, como indica el estudio de Nielsen, denota una creciente sensibilidad hacia la sostenibilidad ambiental, económica y social.
Por la tarde, el Think Tank celebró mesas redondas sobre tres temas cruciales para la competitividad de las empresas: las inversiones en investigación, el relevo generacional en la gestión de las empresas y el marketing innovador para el sector de la maquinaria agrícola.
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